A lo largo de nuestra existencia, y no solamente
en clase de Matemáticas, una de las acciones que más frecuentemente
realizamos es resolver problemas; que no siempre son desagradables,
pues pueden ser hasta entretenidos, y desde luego es satisfactoria su
resolución.
El proceso mental que ponemos en marcha cuando intentamos
resolver un problema de nuestra vida cotidiana tiene muchos aspectos
relacionados con las Matemáticas. Por tanto es deseable que desde nuestras
clases preparemos a los alumnos para realizar estas tareas.
Los estudios sobre la resolución de problemas humanos
y los complejos mecanismos internos que se ponen en funcionamiento comienzan
en los años cincuenta del siglo pasado. En el campo matemático no es
hasta la década de los setenta cuando se comienza a trabajar de una
forma sistemática, aunque el matemático húngaro George Polya (1887-1985)
publicase su primer libro al respecto ("Cómo plantear y resolver problemas")
en 1945.
Durante muchos años ha sido el tema de moda de la didáctica
de las Matemáticas, e incluso los influyentes N.C.T.M. norteamericano
(Consejo Nacional de Profesores de Matemáticas) y A.T.M. inglesa (Asociación
de Profesores de Matemáticas) han planteado que debería ser el objetivo
principal de la enseñanza-aprendizaje de las Matemáticas. La resolución
de problemas es un tipo de aprendizaje matemático, como lo son la memorización,
el aprendizaje algorítmico o el conceptual.