Todos estaremos de acuerdo en que estas, y muchas otras, son técnicas que nuestros alumnos deberían conocer y utilizar; sin embargo, la mayoría de las veces proponemos actividades que son meros ejercicios rutinarios, y con dificultad damos un paso hacia la incorporación de la resolución de problemas como elemento importante de nuestra actividad docente.
Hemos de reflexionar que el abuso de operaciones rutinarias adormece el interés de los alumnos e impide su desarrollo intelectual, mientras que si se plantean problemas adecuados a sus conocimientos (y en caso necesario se les ayuda en su resolución) se despierta su curiosidad y se progresa intelectualmente.
Pero también es cierto que no es fácil conseguir que la resolución de problemas esté presente constantemente en nuestras clases. La presión del curriculum, la desmotivación de los alumnos, la diversidad de niveles e intereses… son factores que frenan, y a veces imposibilitan, su incorporación. Los pasatiempos matemáticos son un recurso que nos puede ayudar a introducir en nuestras clases, en las actividades complementarias e incluso en las extraescolares una cuña en la línea antes comentada.